El top de planes para finales del verano va desde turismo cultural, disfrutar hasta el último momento en la playa o perderse entre bosques y naturaleza.
Hay quien dice que estamos hechos de días de verano y cierto es que el año merece la pena solo por un ratito de esta época del año. Si bien se desconocen las causas, parece que este verano 2023 está llegando a su fin.
Puede ser el cambio drástico de bajada de temperatura o quizás la gran luna azul que estamos observando estos días nos lleve a pensar que pronto va a terminar, lo que está claro es que ningún verano dura eternamente ni ninguna pena para siempre.
Pero antes de que ese momento se termine, desde ecoturismo.com os recomendamos una serie de escapadas idóneas para despedirse por la puerta grande del verano 2023:
Gernika: Un pueblo que mira al futuro sin olvidar su pasado
Crédito: Turismo Gernika-Lumo
Gernika era y es desde tiempos inmemoriales, un lugar cargado de simbolismo e importancia para todos los vascos como símbolo de la democracia y los derechos históricos.
La prensa internacional se hizo eco del bombardeo de Gernika, una noticia de primer orden y totalmente impactante, teniendo en cuenta la desproporcionada fuerza del ataque contra un objetivo tan pequeño e indefenso. Este hecho sirvió de inspiración a Picasso para culminar el "Guernica", el cuadro más célebre del S. XX, una obra maestra que retrata los horrores de la guerra.
El 26 de abril de 1987, 50 aniversario del bombardeo, fue el punto de partida para comenzar a trabajar en el desarrollo de los valores de una Cultura de la Paz y la Reconciliación desde la villa. Esta trayectoria se ha visto reflejada en el reconocimiento internacional otorgado por la UNESCO al conceder a Gernika-Lumo el "Premio Ciudades por la Paz" por la región de Europa.
Más allá de esta efeméride, Guernica goza de bonitos enclaves naturales en sus alrededores, como la Reserva de la Biosfera de Urdaibaiy las cercanas playas de Laga y Laida. En esta última los surfistas vienen a cabalgar la famosa ola de Mundaka.
La Gomera para seguir con playa
Parque Nacional de Garajonay // Crédito: Turismo La Gomera
Porque en breve la sombra del invierno llegará para cubrirlo todo, apuremos los días de sol en la tierra de la eterna primavera. La Gomera es la quintaesencia del archipiélago canario: cálida, volcánica, seca en sus contornos, pero con explosiones de verdor que propician maravillosas rutas de senderismo. Su arrugada orografía de crestas y barrancos, sus milenarios bosques de laurisilva y sus bellas playas de arena negra conforman una especie de continente en miniatura.
En La Gomera, la naturaleza es el más portentoso monumento, presidido por el Garajonayque ocupa el corazón del territorio. Una impresionante reserva tapizada de musgos, líquenes, helechos, brezos, aceviños, viñáticos… a la que el fenómeno de la lluvia horizontal confiere el aspecto de bosque encantado. Los menos activos también tienen donde elegir en esta isla: estupendos arenales como los de Valle Gran Rey, San Sebastián o Playa del Inglés, en los que entregarse a la práctica del tumbing refrescada con algún chapuzón.
Descubrir la Capilla Sixtina extremeña
Crédito: Miextremadura.com
Así es como se conoce al santuario de Nuestra Señora del Ara, una ermita mudéjar del siglo XV cuyos frescos lucen la grandeza del mismísimo Vaticano. Se encuentra en Fuente del Arco en la provincia de Badajoz, en medio de las dehesas. Y aunque puede que su sobrenombre tenga demasiada emoción, lo cierto es que las pinturas de sus bóvedas y sus muros interiores resultan espectaculares: escenas basadas en los episodios del Génesis, como la creación del paraíso con Adán y Eva, la historia de Caín y Abel, la Torre de Babel…todas compartimentadas en pequeños rectángulos y con una viveza semejante a la Capilla Sixtina.
En este caso se desconoce su autoría, aunque parece ser que fueron artistas locales de la vecina escuela de Llerena, uno de los pueblos de la comarca con mayor personalidad artística.
Esta excursión puede completarse con la visita a las Minas de Jayona, una explotación de hierro abandonada, que está cargada de historia y de misterio. Colarse por sus entrañas y explorar sus pasadizos entre juegos de luces, sonidos y contrastes térmicos es lo más parecido a un viaje al centro de la tierra.
Elche, entre obras de arte, palmerales y dunas
Crédito: VisitElche
Patrimonio histórico y riqueza natural. Cultura y playas apenas urbanizadas. Esto es lo que aguarda en una visita por la siempre interesante localidad alicantina de Elche. Una ciudad famosa por su emblemática Dama que, si bien descansa en Madrid, exhibe la copia más perfecta en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE), que ocupa el Palacio de Altamira y un sótano de la plaza de Traspalacio.
Más allá de esta pieza artística y de otras tantas joyas urbanas (los Baños Árabes en el convento de la Merced, la torre almohade de Calahorra…), el buen tiempo se mantiene en estas fechas, por lo que será perfecto explorar su naturaleza. Empezando por el mayor palmeral de Europa, declarado Patrimonio de la Humanidad; continuando por las Salinas de Santa Pola, ideales para avistar aves; y terminando por las playas como la del Pinet, con un alto valor ecológico.
La Alpujarra, ahora sin turistas
Crédito: Turismo de Granada
Despojada ya de los curiosos ocasionales que se acercan a descubrirla, esta región andaluza compartida por Granada y Almería, este rincón escarpado que se desparrama por las faldas de Sierra Nevada, recupera su carácter solitario, casi místico. Porque en La Alpujarra, que fue el último baluarte de los moriscos en España y el refugio de Boabdil después de perder Granada, sus pueblos blancos como copos de nieve están tocados por el exotismo árabe.
Nada hay como una ruta por estos parajes congelados en el tiempo entre carreteras serpenteantes y huertos que se asoman al abismo. Lanjarón, la población del agua; Órgiva, con su iglesia mudéjar; Trevélez, con sus secaderos de jamón; y las encantadoras Capileira, Pampaneira y Bubión, recostadas en el Barranco de Poqueira, son algunas de las paradas imprescindibles por este territorio fascinante.
Ya nos lo advirtió Amaral: No quedan días de verano, el viento se los llevó. Un cielo de nubes negras cubría el último adiós... Y mientras continúas tarareándola, ya has decidido, ¿a dónde te vas a escapar?