03 January 2024
Si uno de tus propósitos para este 2024 es cruzar el charco para descubrir lugares que te dejen sin aliento, este post es para ti. Una de las tendencias viajeras para este año nuevo serán los viajes sostenibles a lugares naturales. La naturaleza y ecoturismo cobran más fuerza y por ello, desde ecoturismo hemos realizado un top 3 de destinos latinoamericanos naturales poco turísticos:
La Reserva Nacional de Paracas, en Ica, es un santuario en el que se reúnen dos hitos para el Perú: alberga la única playa roja en Sudamérica, y una de las cinco en el mundo; y aquí también se encuentra, en la zona de Mendieta, el lugar donde desembarcó por primera vez el libertador José de San Martín, prócer de la independencia del país.
Según la web oficial de Turismo en Perú: Son 335 mil hectáreas las que comprende la Reserva Nacional de Paracas, en las que también habitan hasta 200 tipos de aves, entre otras especies marinas. La belleza paisajística de este lugar es ciertamente increíble, sobre todo para aquellos viajeros que se acercan a Playa Roja, otra de las paradas obligatorias en el recorrido.
Además, es necesario mencionar que dicho tesoro de Perú protege los ecosistemas marino-costeros y está incluido en la lista de humedales de importancia internacional de la Convención de Ramsar (1992).
Ubicado en el departamento del Chocó a orillas del Pacífico, Nuquí se afianza como un destino sin pretensiones que invita a distanciarse por completo del ritmo acelerado de las metrópolis. Es un lugar que brilla por la riqueza natural de flora y fauna, además porque ofrece un ambiente idóneo para desconectarse de la vida citadina y entregarse al descanso.
A Nuquí, Colombia llegan los admiradores de espectáculos indescriptibles, siendo el avistamiento de ballenas la actividad más preciada, pues cada año, desde julio hasta noviembre, ballenas yubarta o jorobadas visitan las playas de Nuquí. Un espectáculo que ocurre al interior de un mar pródigo en especies vegetales y animales, y en medio de la vida silvestre que se esconde tras la frondosa vegetación de la selva húmeda tropical.
El momento cumbre de la comunidad viajera indudablemente conduce al Desierto de Atacama, en Chile. Situado en la región Antofagasta, al norte del país, y en límite con Bolivia y Argentina, la segunda zona más árida del planeta es un lugar idóneo para sucumbir ante montañas superlativas, lagunas de un matiz turquesa y dunas inimaginables.
Las vicuñas, guanacos y llamas ya son un clásico del área, al igual que el Pueblo San Pedro por su pequeño centro colonial y la calle Caracoles; y el pueblo de Toconao. Contemplar el atardecer desde la laguna de Tebenquiche, avistar flamencos en la laguna Chaxa y el desafiante ascenso a montañas como el cerro Toco, a 5.604 metros de altura, o al volcán Licancabur, a 5.920, se perfilan como los infalibles del destino en boga.
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