Las primeras crías de linces ibéricos de 2023 han nacido en Extremadura
El Centro de Cría de Zarza de Granadilla recibió la semana pasada la cuarta camada de dos cachorros de linces ibéricos la hembra Omeya.
28 February 2023
Crédito: lynxexsitu.es
La hembra Omeya ha inaugurado esta semana la temporada de partos de este 2023 en los centros de cría en cautividad del lince ibérico localizados en la península Ibérica, con una camada de dos cachorros de linces ibéricos en el de la Zarza de Granadilla, en la provincia de Cáceres.
El alumbramiento, según ha informado el programa de conservación “ex situ” a través de sus redes sociales, tuvo lugar el pasado martes a las 21:00 horas. Omeya, una hembra de seis años, parió dos cachorros sanos a los que, desde entonces, está atendiendo perfectamente dentro de su cajón paridera. Esta supone la cuarta camada para Omeya, que este año se emparejó con el macho Hocico.
Entre los cuatros centros de cría ibéricos (El Acebuche, La Olivilla, Silves y Zarza de Granadilla) y el Zoobotánico de Jérez, se han emparejado 28 parejas cuyos partos tendrán lugar entre los meses de marzo y abril.
Programa Lynx “ex situ”
El programa de conservación ex-situ se plantea como una herramienta de apoyo al programa de recuperación de la especie en su hábitat natural, y sus objetivos primordiales incluyen la conservación del máximo de variabilidad genética existente actualmente en la naturaleza y la producción de un número suficiente de ejemplares para su reintroducción en las áreas de distribución histórica de la especie.
Las poblaciones silvestres de lince ibérico han sufrido una regresión constante a lo largo del pasado siglo, con un vertiginoso declive del 90% en los últimos 20 años. Al inicio del Programa de Conservación Ex-situ se estimaba que quedan menos de 200 linces ibéricos en el planeta --de los cuales sólo la mitad eran adultos con potencial reproductor— distribuidos entre dos poblaciones aisladas entre sí: Doñana y Sierra Morena. La especie se hallaba en un verdadero torbellino de extinción, situación ante la cual un simple golpe de mala suerte (epidemia, fuego, etc.) podría conducir al lince ibérico a su desaparición irremisible.
El año pasado el programa Lynx “ex situ” cerró la temporada de cría sumando 43 cachorros de linces ibéricos (20 machos y 23 hembras) tras el emparejamiento de 28 hembras reproductoras, de las que 21 gestaron a 55 cachorros. Esta cifra final de cachorros destetados está en el límite superior a las cifras estimadas a inicio de temporada teniendo en cuenta los resultados de todas las temporadas de cría anteriores (38-44), y el número de parejas calculadas para satisfacer las necesidades de los programas de conservación ex situ y in situ para la especie.