24 January 2023
Si os decimos que existe una planta que únicamente existe en una zona de España y es la única vista en todo el este de Europa, seguro que la curiosidad se os ha despertado. Si añadimos que la zona son los Pirineos catalanes ya se descartan los tipos de planta que necesitan calor. Pues no os hacemos esperar más.
Estamos hablando de la Thalictrum foetidum y es que esta ‘planta rara’ que se podría calificar de estépica (propia de la estepa) y que se encuentra sobre todo en las zonas de clima continental, tanto de Asia como del este de Europa, se descubrió en 1993 que también existía en Catalunya, y ahora se ha confirmado cuál es el único lugar del Pirineo donde crece esta planta rara solo vista en el este de Europa. Se trata del parque natural del Cadí-Moixeró, a caballo entre las comarcas del Berguedà, el Alt Urgell y la Cerdanya.
Hoy por hoy solo se ha localizado la planta en lugares próximos al parque, según un estudio hecho público recientemente. De hecho, es el lugar más al oeste de los Alpes donde se ha encontrado esta planta tan rara. El estudio elaborado por el mismo parque ha localizado alrededor de 2.000 ejemplares que se extienden por una superficie de 4,5 hectáreas, en una única zona — aunque más del 90% se concentra en menos de media hectárea. Se encuentra en situación de peligro, de modo que está previsto que se incorpore al catálogo de flora amenazada de Catalunya para incrementar su protección.
La Thalictrum foetidum fue descubierta en el Pirineo en 1993. Un grupo de botánicos recogió la planta durante una expedición ordinaria al macizo de la Tosa d'Alp para recoger plantas típicas de la zona y conservarlas en varios herbarios, pero la planta no fue identificada en aquel momento y se conservó en el herbario del Real Jardín Botánico de Madrid. No fue hasta el año 2000 cuando un botánico alemán que realizaba una tesis doctoral la identificó y confirmó que la planta también existía en el Pirineo (no solo en el este de Europa). Sin embargo, había un problema: no se había anotado con precisión el lugar concreto donde se había recogido, de modo que se tuvo que esperar hasta el 2017 para reencontrar la hierba.
Curiosamente, quien volvió a encontrar la planta fue uno de los botánicos que había participado en la expedición de 1993 — que rehizo el recorrido que se hizo entonces y se orientó por las pocas indicaciones, tanto de altitud como de área, que se tenían. Al principio se pensaba que había solo unas cuantas decenas de individuos, pero se desconocía la cantidad real. Es así como durante el verano pasado se impulsó un estudio para conocer con precisión la situación de la hierba, de la cual se han llegado a encontrar unos 2.000 ejemplares (la mayor parte floreció el año pasado).
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