Tres historias exitosas de conservación en Latinoamérica
Jaguares, la cotorra margariteña y las cactáceas son las tres especies que en Latinoamérica han logrado luchar para su conservación .
31 May 2023
Crédito: Carlos Navarro
En el Día Mundial de las Especies Amenazadas, que se celebra el tercer viernes de mayo de todos los años desde 2006 a partir de una propuesta de la Coalición de las Especies Amenazadas, Mongabay Latam presenta tres ejemplos exitosos para la recuperación de especies amenazadas en Latinoamérica y su posterior conservación.
Evitar que desaparezcan los jaguares
Jaguar (Panthera onca). Foto: Carlos Navarro.
En los bosques secos del Chaco boliviano, la expansión de la frontera agrícola se ha convertido en un problema para el jaguar (Panthera onca). En estas zonas, el félido suele verse como un animal peligroso que puede atacar a las personas o a su ganado. Por este motivo, aunque es una especie protegida, ha vivido una intensa persecución.
Esta es apenas una de las amenazas para este mamífero. La caza, el tráfico ilegal, y la destrucción de su hábitat son otros factores que han puesto a los jaguares bajo la categoría de Casi Amenazado en la Lista Roja de la UICN.
Operación Jaguar trabaja con cuatro estrategias. La primera, es entender el tráfico, cómo y por qué se hace. Segundo, proteger las áreas bastión del jaguar en colaboración con las comunidades. Tercero, colaborar con las autoridades para combatir los crímenes ambientales contra la especie. Y, finalmente, crear conciencia a nivel de los países de donde se extrae la especie, pero también en aquellos que son intermediarios y destinatarios.
Garantizar la permanencia del vuelo de la cotorra margariteña
Cotorras cabeciamarillas (Amazona barbadensis) despegando desde un palosano (Bulnesia arborea). Foto: Vivek Menon
La cotorra margariteña (Amazona barbadensis) es la única especie del género de los loros verdes que habita en bosques secos. Esta ave de plumaje verde y amarillo brillante, solamente se encuentra en la costa de Venezuela, en las islas de Margarita y La Blanquilla, además de la zona oeste de la Península de Macanao. También se les puede encontrar volando en Bonaire, isla de los Países Bajos.
Hay dos amenazas principales para la cotorra: la captura y venta ilegal para convertirla en mascota y la extracción de arena para la construcción, que arrasa con los árboles que son su hábitat.
Macanao tiene un ambiente árido, donde la mayor parte de los árboles grandes crecen a orilla de las quebradas estacionales, al pie de las laderas del paisaje montañoso. Allí es donde ocurre la minería de arena a cielo abierto, actividad económica que se ha extendido a lo largo de la zona. Ese mismo lugar es donde las cotorras tienen sus nidos.
Como parte del proyecto, se registró el nacimiento de 140 pichones en el año 2019; en el 2020, otras 140 aves más y, en los dos años siguientes, 2021 y 2022, llegaron a 200 y 212 nuevas cotorras. En este 2023 documentaron por primera vez el nido con el mayor número de pichones a la vez: siete.
Evitar que las cactáceas sean historia
Mammillaria herrerae, Emblema de la Biodiversidad del Estado de Querétaro. Foto: Archivo del Jardín Botánico de Cadereyta
Querétaro es un estado pequeño, de poco más de 11 000 kilómetros cuadrados, ubicado en la región norte central de México. A pesar de su tamaño, tiene una riqueza en plantas —todavía inexplorada en su totalidad— que podría rebasar las 4 000 especies.
Algunas tienen mayor foco de atención porque son únicas en el planeta. El caso más emblemático es la Mammillaria herrerae, cactácea que hoy es bandera para proteger a todas las demás cactáceas y el resto de flora del semidesierto queretano hidalguense, conocido también por ser la porción más al sur del gran desierto de Chihuahua, y donde se encuentran alrededor de 30 especies en riesgo de extinción.
La especie fue descubierta a finales de la década de los años veinte y descrita en 1931. En la actualidad, como tantas otras plantas, Mammillaria herrerae tiene dos grandes problemas: su extracción ilegal y la acción humana sobre el territorio, principalmente, con procesos agrícolas y construcciones que afectan su hábitat.
Toda ayuda no es suficiente para conseguir que estas especies puedan conversar su biodiversidad.