Reportajes

Ruta de ecoturismo por los mejores desfiladeros naturales de España

Desde el famoso Caminito del Rey en Málaga hasta la Foz de Lumbier en Navarra España cuenta con más de medio centenar de desfiladeros naturales.

Si hablamos de un paso entre montañas profundo, estrecho y de paredes escarpadas formado generalmente por el resquebrajamiento del terreno, la inmensa familia Ecoturista sabe de lo que estamos hablando: desfiladeros naturales. O lo que también se puede llamar, a disfrutar de la naturaleza más pura y virgen, de descubrir senderos con altura y casi volar con las aves rapaces.  

Hay más de medio centenar de desfiladeros en España y aunque el invierno está llamando a la puerta de este fin de año, desde ecoturismo.com queremos animaros a realizar una última escapada de año y dejaros embriagar por la naturaleza practicando una ruta ecoturística por los mejores desfiladeros naturales de España.  

1. Desfiladero de los Gaitanes, Málaga  

Desfiladero de los Gaitanes, Málaga // Crédito: visitacostadelsol.com

El Desfiladero de los Gaitanes se encuentra en la provincia de Málaga, al que podemos acceder de las poblaciones de El Chorro o Ardales. Sin duda es uno de los desfiladeros más impresionantes de nuestra geografía, en el que podemos observar toda la grandiosidad de la naturaleza por este angosto paraje. 

Se trata de un paraje natural situado en la parte occidental de las Cordilleras Béticas dominado por las calizas y dolomías jurásicas. Un cañón abierto por el río Guadalhorce, que discurre entre sus altas paredes verticales que alcanzan una altitud de 400 metros, mientras que la anchura en algunos tramos no supera los 10 metros. Su paso se realiza por el famoso Caminito del Rey, una estrecha pasarela colgada de la pared del desfiladero, que tras su restauración es apto para todos los públicos, con algo más de 3 km de longitud. 

A través del mismo ‘Caminito del Rey’ podrás disfrutar de algunas de las panorámicas más espectaculares de esta garganta natural por la que discurre el río Guadalhorce. Es posible observar cabras montesas en las partes con más altitud, y sobrevolando los cielos, azores, halcones o cernícalos vulgares. 

2. Garganta del Cares, Asturias 

Garganta del Cares, Asturias // Crédito: turismoasturias.es

La Garganta de Cares, este impresionante desfiladero por el que circulan las cristalinas aguas del río Cares, es el encargado de dividir los imponentes Picos de Europa y de separar el Macizo Central del Macizo Occidental.  

Una impresionante garganta rodeada de cimas de más de 2.000 metros de altura y de paredes de caliza verticales que se precipitan vertiginosamente hasta las aguas de este famoso río. Todo ello lo podrás recorrer a través de la famosa Ruta del Cares, la cual se encarga de unir Asturias (desde Poncebos) con León (hasta Caín).  

Un recorrido de 12 km (solo ida) por el que podrás adentrarte en esta garganta divina y por la que atravesarás puentes, túneles y senderos labrados en la roca y todo en un paisaje de ensueño. La ruta puede abordarse desde ambos extremos. En el puente de Poncebos, inicio de la ruta, también está el aparcamiento y acceso al funicular de Bulnes, inaugurado en 2001.  

3. Desfiladero del río Borosa, Jaén 

Desfiladero del río Borosa, Jaén // Crédito: turismodeobservacion

Saltamos a la provincia de Jaén, en las estribaciones de la Sierra de Cazorla, encontramos la conocida como la Cerrada de Elías, es un lugar paradisíaco en medio de la naturaleza. 

Es la ruta más popular de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas y lleva al nacimiento de este río. Los 22 kilómetros de ida y vuelta de su recorrido íntegro lo dejamos a senderistas profesionales, aunque merece la pena llegar al final para deleitarse con la cascada llamada “Salto de los Órganos”.  

Sin embargo, la primera parte del recorrido, y la más interesante, supone poco más de ocho kilómetros y es bastante accesible. Es la Ruta del río Borosa hasta la Cerrada de Elías. A través de una pista forestal, alguna pasarela de madera y el Puente de los Caracolillos, vamos remontando el curso del río Borosa, disfrutando de sus aguas cristalinas. 

Se le conoce como la Cerrada de Elías, es un lugar paradisíaco en medio de la naturaleza. Esta zona es posible visitarla con niños mayores, ya que tiene unas pasarelas en los laterales de madera para hacer el camino más cómodo y desde las que se puede observar el espectáculo natural.  

Chopos, quejigos, bojs, fresnos, arces o espinos albares nos acompañan en el recorrido, pero es posible ver diferentes tipos de aves como: azor común, búho real, águila real, gavilán, cárabo, mirlo acuático, martín pescador, oropéndola, lúgano y golondrina dáurica. 

Sobresale su planta carnívora por excelencia, la Pinguicula vallisneriifolia, símbolo inequívoco de este lugar, al igual que la lagartija de Valverde; que crecen y viven en este tipo de ecosistema. 

4. Foz de Lumbier, Navarra 

Foz de Lumbier, Navarra // Crédito: visitnavarra

La Foz de Lumbier se encuentra en Navarra, en las estribaciones pirenaicas y cerca de la localidad de Lumbier, en un paraje protegido declarado Reserva Natural. 

Es una estrecha garganta de unos 1.300 metros de longitud, un paraje agreste e imponente que ha ido creando el río Irati con el pasar del tiempo. En las rocas que conforman las paredes del cañón se puede contemplar una espesa vegetación, que se ha podido preservar gracias al aislamiento que este lugar sufrió durante muchos años, y que ha provocado la existencia de abundantes rincones en los que muchas aves rapaces han encontrado su hábitat ideal. 

Hogar de aves rapaces y excavada con precisión por el curso del famoso río Irati. Y para disfrutar de estos paisajes, lo mejor es hacer la ruta de senderismo por la Foz de Lumbier, que nos lleva a descubrir un alto y estrecho desfiladero situado junto a la monumental Comarca de Sangüesa. Entre túnel y túnel, el visitante queda impresionado por las altas paredes de roca caliza y las aguas cristalinas del río y las pozas.  

5. Hoz de Beteta, Cuenca 

Hoz de Beteta, Cuenca // Crédito: acampamos.com

La Hoz de Beteta se encuentra al norte de la provincia de Cuenca, en plena Serranía conquense. Es un espacio protegido, bajo el nombre de Monumento Natural Hoz de Beteta y Sumidero de Mata Asnos. 

Se encuentra entre la muela de Carrascosa y la de San Cristóbal, con unos 6 kilómetros de abruptos acantilados e impresionantes paredes rocosas de más de 80 metros de altura, sobre las que se abre paso el río Guadiela. Aquí abundan los avellanos y los tilares, además no faltan las cuevas, los meandros, las cascadas y otros accidentes geográficos. 

Los paisajes más impresionantes, actividades en la naturaleza, senderismo, actividades acuáticas… Todo esto es lo que te espera en los seis kilómetros de acantilados con más de 80 metros de altura que encontrarás en la Hoz de Beteta.  

6. Cañón del río Lobos, Burgos 

Cañón del río Lobos, Burgos // Crédito: cañondelriolobos.com

El Parque natural del Cañón del Río Lobos es un espacio natural protegido entre las provincias de Burgos y Soria. Se trata de un profundo tajo excavado en las calizas del cauce fluvial, dejando a la vista enormes paredones de gran altura. Este tajo es fruto de la erosión del río y la debida a la disolución de la roca por el agua. 

Toda el área es un inmenso karst con muchas cuevas y simas, además de sumideros. El sistema de aguas subterráneas y acuíferos es espectacular. Estando formado el acuífero kárstico del cañón por calizas del cretácico, que se apoyan sobre una base impermeable de margas.  

Destaca la gran presencia de aves rapaces como el águila, el búho real, el alimoche, el halcón y el azor; aunque es más conocido por ser el hábitat ideal para el buitre leonado, asentado en las cornisas de los farallones y sus oquedades, estando su silueta vagando por el aire como símbolo distintivo del lugar. Además, es posible observar truchas y nutrias en las aguas y la hoz del río; conviviendo con distintas especies de anfibios, reptiles y peces como la rana, la lagartija, la culebra, la víbora hocicuda y el barbo.  

El Parque natural del Cañón del Río Lobos es un espacio natural protegido de la comunidad autónoma de Castilla y León, España. Aproximadamente, un cuarto de su superficie se concentra en la provincia de Burgos y tres cuartos en la de Soria. Posteriormente, se declaró ese mismo lugar Zona de Especial Protección para la Aves (ZEPA).   

7. Congost de Collegats, Lleida  

Congost de Collegats, Lleida // Crédito: naturalocal.net

Nos vamos a Lérida hasta el Congost de Collegats, un desfiladero cortado por el río Noguera Pallaresa, que se abre paso entre las sierras de Boumort y de Peracalç desde Pallar Jussà hasta Pallars Sobirà. 

La Argentería (platería) es uno de los puntos más atractivos del lugar. Se trata de una zona de roca calcárea modelado por el agua, adoptando formas asombrosas. Una zona donde, en invierno, las formaciones de estalactitas y estalagmitas de hielo brillan al sol como si de plata se tratase. Según dicen, de este lugar sacó su inspiración Gaudí para diseñar la fachada de La Pedrera. 

En la entrada del desfiladero se encuentra la “Font de la Figuereta” (fuente de la higueruela). Desde aquí se puede seguir el antiguo camino de herradura, perfectamente señalizado, que cruzaba el desfiladero y que pasa cerca del monasterio de Sant Pere de les Maleses, cenobio troglodítico en ruinas. Este camino pasa, más adelante, por la cueva de la Serpiente, lugar de multitud de leyendas. 

Es un desfiladero de unos cinco kilómetros de longitud formado por el río Noguera Pallaresa, en el límite de las comarcas leridanas del Pallars Jussá y Pallars Sobirá. 

El río, tras pasar por la población de Gerri de la Sal entra en el congosto cruzando las sierras de Peracalç, que queda al O, y de Cuberes al E, la cual forma parte de la sierra de Boumort.

Dentro de los límites del congosto, el río recibe por el margen derecho el barranco de San Pedro y por el izquierdo el barranco de Llabro y el del Infierno, siendo este último el límite entre las dos comarcas.  

8. Hoces del río Duratón, Segovia 

Hoces del río Duratón, Segovia // Crédito: turismocastillayleon

Nos vamos a la provincia de Segovia, muy cerca de Sepúlveda, donde se encuentra una de las gargantas más bonitas y populares de España. Las Hoces del río Duratón, es un espacio protegido, donde el río Duratón discurre encajonado entre altas paredes verticales y rocosas. Una zona declarada parque natural en 1989 y cuyas vertiginosas paredes de roca pueden llegar hasta los 100 metros de altura. 

En los altos de este desfiladero viven un gran número de rapaces, entre ellos buitres leonados, águilas reales, alimoches y halcones peregrinos. La zona tiene también una interesante riqueza arqueológica y arquitectónica, y en ella podemos encontrar importantes obras de arte como las cuevas de la Edad de Bronce, que guardan interesantes grabados en su interior, o la Ermita románico de San Frutos.  

9. Desfiladero de la Hermida, Cantabria 

Desfiladero de la Hermida, Cantabria // Crédito: cantabriarural.com

En el límite de los Picos de Europa, nos encontramos con el escarpado desfiladero de la Hermida, de 21 kilómetros de largo, el más largo de la Península ibérica. El río Deva discurre entre paredes de roca que pueden alcanzar los 600 metros. Y, junto al río, la sinuosa carretera que comunica el Cantábrico con Potes, en pleno valle de Liébana. Desde sus miradores se puede apreciar la espectacularidad de este desfiladero. 

Con 21 kilómetros de longitud es el desfiladero más largo de España y más de 6.000 hectáreas de su entorno están catalogadas como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) por la Unión Europea.  

El desfiladero une las localidades de Unquera con Potes, Cantabria y es el cañón que forma el río Deva a su paso por el macizo de Ándara. 

Representa el único corredor de entrada desde la costa del Cantábrico a la comarca de Liébana, en Cantabria, al discurrir por él la estrecha carretera N-621. Toma su nombre de La Hermida (Peñarrubia), población cántabra que atraviesa.  

10. Cañón de los Almadenes, Murcia 

Cañón de los almadenes, Murcia // Crédito: murciaturistica.es

El Cañón de los Almadenes se trata de un Espacio Natural Protegido ubicado en la parte alta del río Segura en la Región de Murcia. Discurriendo por dos kilómetros en el río Quípar y nueve kilómetros en el río Segura, se prolonga por 116 hectáreas que pertenecen a los municipios de Calasparra y Cieza. En algunos puntos presenta paredes verticales de más de cien metros de altura, ya que atraviesa las sierras del Molino y Palera con fracturas y fallas en el relieve por la disolución de rocas carbonatadas. 

Respecto a la vegetación que allí prolifera, hay que destacar la presencia de álamos, taray y baladres. En cuanto a la fauna, es posible divisar a la garza real, sirviendo de refugio a murciélagos. El sapo corredor, el gallipato, el galápago leproso, nutrias, el sapo común, y la rana verde; son algunos otros pobladores. 

Además, se pueden encontrar dos yacimientos arqueológicos que demuestran la existencia de pobladores en la prehistoria. Constituyéndose en abrigos rocosos modelados por el río. La Cueva de los Monigotes o Abrigo del Pozo se encuentra en la margen derecha del río y en sus paredes se observan pinturas rupestres datadas en el Eneolítico. La cueva-sima de La Serreta2 también conserva pinturas rupestres y restos de la Edad de Bronce e Ibero-romanos. Las dos fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.