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'Hoces del Río Duratón' y 'Hoces del Río Riaza' renuevan la marca 'Q'

La ‘Q’ de Calidad Turística es una certificación que supone un compromiso por parte de los parques para mantener, cuidar y promocionar la calidad de sus espacios naturales.

El Comité de Certificación Sectorial para Espacios Naturales Protegidos del Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) ha acordado renovar la marca ‘Q’ de Calidad Turística a los parques naturales ‘Hoces del Río Duratón’ y ‘Hoces del Río Riaza’ en la provincia de Segovia. La renovación se produce tras haber superado la auditoría de seguimiento a la que se somete a los espacios protegidos que cuentan con la acreditación. 

En el año 2004, el parque natural ‘Hoces del Río Duratón’, que se extiende por territorio de los términos municipales de Sepúlveda, Carrascal del Río y Sebúlcor, fue el primer espacio protegido de Castilla y León, y uno de los primeros de España, que consiguió esta distinción. Por su parte, el parque natural ‘Hoces del Río Riaza’, que incluye territorios de los términos municipales de Maderuelo, Montejo de la Vega de la Serrezuela y Valdevacas de Montejo, obtuvo la ‘Q’ de Calidad Turística en 2015. 

Castilla y León es ya la comunidad autónoma con más espacios naturales protegidos acreditados con la 'Q' de Calidad Turística, tras renovar este sello en 10 parques naturales. Esta marca aporta prestigio, diferenciación, fiabilidad y rigor a los espacios y establecimientos turísticos certificados. 

La ‘Q’ de Calidad es una certificación que supone un compromiso por parte de los parques con la distinción de mantener, cuidar y promocionar la calidad de sus espacios naturales. La certificación se mantiene mediante auditorías anuales de seguimiento y otra cada dos años de renovación de la ‘Q’ de Calidad. Durante los próximos años se desarrollará el siguiente ciclo de auditorías para los espacios naturales protegidos de Castilla y León: seguimientos en 2023 y 2024, y renovación en 2025.  

El sistema de calidad no pretende ser un reclamo turístico, sino más bien constituirse en un proceso por el que se logre asegurar la calidad de los servicios de uso público, considerando especialmente los objetivos que debe cumplir todo espacio protegido. 

Aspectos como la atención y la información al visitante, la educación ambiental y la interpretación del patrimonio, la adecuada señalización de los senderos, la seguridad de los visitantes, la mejoría y mantenimiento adecuado de los recursos destinados a facilitar la visita, la atención personalizada de las quejas y sugerencias de los usuarios y una adecuada planificación anual, son algunos de los aspectos que contempla la norma y en los que se ha trabajado durante todo este tiempo en los espacios acreditados.