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‘Ayúdale a volar’, programa de voluntariado para la cría de aves huérfanas en La Rioja
'Ayúdale a volar’ es programa de voluntariado ambiental que busca fomentar la participación ciudadana en el cuidado de crías de aves huérfanas que se han caído del nido.
Cada año, entre los meses de abril y septiembre, cientos de crías de aves caen de sus nidos y necesitan de alguien que las cuide hasta que puedan valerse por sí mismas. En los últimos años, la sensibilización creciente de la población ha resultado esencial para que centenares de estos polluelos hayan llegado hasta el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Fombera y hayan salido adelante. El pasado 2020, ingresaron en el Centro 784 animales, de los que 686, algo más del 87,5 por ciento eran aves. El Gobierno de La Rioja quiere ahora dar un paso más y facilitar que los ciudadanos que lo deseen puedan contribuir también en el cuidado y desarrollo de estas crías huérfanas.
De esta forma, la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica crea el proyecto ‘Ayúdale a volar’, un programa de voluntariado ambiental que busca fomentar la participación ciudadana en el cuidado de crías de aves huérfanas que han caído del nido. Consiste en acoger en domicilios particulares, centros o residencias a estos polluelos durante un tiempo que oscila entre dos y cuatro semanas, alimentarlos y prepararlos para su vuelta al medio natural.
El programa se dirige a particulares y familias que quieran contribuir al cuidado de las aves de su entorno más cercano, así como a centros o residencias que trabajen con personas mayores, personas con diversidad funcional, colectivos en riesgo de exclusión social, etc. El director general de Biodiversidad, José Luis Rubio, ha destacado que “esta iniciativa pretende, por un lado, involucrar a la sociedad en la conservación de las aves autóctonas; por otro, aspira a ser una oportunidad educativa para las familias, que pueden sensibilizar a los niños sobre la importancia de proteger la biodiversidad, al tiempo que puede resultar una experiencia enriquecedora y con notables beneficios terapéuticos para determinados colectivos, y, por último, impulsar el voluntariado como una herramienta de concienciación y educación ambiental”.
La tarea de los voluntarios consistirá básicamente en alimentar a las aves entre 5 y 7 veces al día (cada 2-3 horas), el tiempo necesario hasta que el polluelo esté en condiciones para ser devuelto al medio natural, entre dos y cuatro semanas, dependiendo de la especie y de su edad. A la hora de inscribirse en el programa, los voluntarios podrán indicar las fechas en las que tengan disponibilidad, siempre entre finales de abril y septiembre, que es cuando se desarrolla el programa. También, entre las tareas, deberán encargarse de mantener limpia la caja en la que se entregue el animal.
Junto a esto, Rubio ha puntualizado: “Los participantes deben recordar en todo momento que se trata de animales silvestres, no de mascotas, y que si los tocamos o acariciamos podemos poner en peligro su adaptación a la vida en el medio natural, que es el fin último del programa. Del mismo modo, deben ser conscientes de que a pesar de los cuidados, siempre hay un porcentaje de crías que no sobreviven”.
Las especies que participarán en el programa serán crías de aves silvestres que no sean especies amenazadas, rapaces ni aves de gran tamaño. La inmensa mayoría son pequeñas aves como vencejos, aviones, gorriones, verderones y demás paseriformes (estorninos negros, jilgueros, verdecillos…). También otras como palomas torcaces o tórtolas turcas; incluso, esporádicamente, se puede incorporar al programa de voluntariado algún pequeño mamífero como ardillas o erizos. Antes de la entrega, todos los animales serán supervisados por el personal del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, que registrará su ingreso y certificará el correcto estado sanitario de la cría.