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Los turistas demandan la fauna salvaje de la Montaña Palentina
La Montaña Palentina concentra una importante población de oso, lobo y gato montés y dan refugio a otras especies como el águila real, el treparriscos o el pito negro.
Según los últimos datos del Observatorio de Ecoturismo en España, el turismo activo y de naturaleza experimentaba, hasta la llegada de la pandemia, una tendencia ininterrumpida y al alza. Su impacto, destacan los expertos, será clave para el desarrollo en las áreas rurales más afectadas por la despoblación. Es el caso de la Montaña Palentina, donde la observación de especies como el lobo ibérico o el oso pardo puede suponer una oportunidad para generar empleo, fijar población o diversificar la economía local.
Las actividades de avistamiento de fauna salvaje, las rutas guiadas, el turismo micológico y la fotografía de naturaleza han crecido de forma exponencial en la última década y dan oxígeno a otros sectores auxiliares, como la hostelería, la restauración o las tiendas especializadas en equipaciones para la práctica del senderismo y trekking.
Para los amantes de la naturaleza hay pocas experiencias tan emocionantes como disfrutar de la berrea, descubrir las variedades de orquídeas que pueblan algunos parajes de la comarca o ver un ejemplar de oso pardo por vez primera en su hábitat natural. Es también cada vez más frecuente toparse, a las primeras luces del alba, con algunos aficionados provistos de prismáticos o teleobjetivos ascendiendo a las sierras que dibujan el Alto Carrión, Valle Estrecho, Resoba o el Alto de la Varga.
Estos hábitats concentran una importante población de oso, lobo y gato montés y dan refugio también a otras especies tan singulares como el águila real, el treparriscos o el pito negro. La provincia cobija, además, a 167 de las 233 especies de mariposas censadas en España, entre ellas la mariposa hormiguera oscura, una de las especies de invertebrados más amenazadas de Europa.
Alrededor de 300 empresas operan en Castilla y León y ofrecen productos de turismo activo u observación de la naturaleza. Algunas de ellas tienen su sede en la Montaña Palentina. Minerva Archaga, ingeniera, educadora ambiental y guía de montaña en Gea Forestal Ecoturismo, reconoce para el diariomontanes que los servicios que prestan estas empresas van al alza entre nuevos perfiles de usuarios.
“Por un lado, tenemos a familias con niños pequeños, para los que diseñamos actividades de educación ambiental, como el rastreo de huellas. Los más jóvenes tiran hacia un ecoturismo más deportivo”. Para Archaga, nuestros vecinos europeos tienen una conciencia mayor. “Los europeos están mucho más sensibilizados con el conocimiento y el respeto a la naturaleza. Cualquier inglés en su mini jardín –añade– tiene perfectamente catalogadas las aves que vienen a comer a sus comederos, los insectos, las mariposas o las florecitas que crecen. Lo tienen como más interiorizado que los españoles, pero poquito a poquito va creciendo el interés”, apunta.