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¿Sabes cuál es bosque de tejos milenarios más relevante de España?
Hablamos de la Tejeda de Tosande situada en Palencia y donde se encuentran hasta 800 ejemplares de tejo, algunos de ellos de hasta 15 metros de altura.
Esta área protegida es un rincón de biodiversidad y belleza que ofrece un escape de la monotonía de los campos agrícolas que caracterizan gran parte de la comarca palentina. La Tejeda de Tosande es un lugar especial, un refugio natural que invita a explorar y sumergirse en la riqueza de su entorno.
Este bosque milenario es uno de los lugares más importantes para la conservación del tejo (Taxus baccata), una especie de conífera que puede vivir más de mil años y que tiene un gran valor ecológico y cultural.
En la Tejeda de Tosande se pueden encontrar hasta 800 ejemplares de tejo, algunos de ellos con troncos que superan el metro y medio de diámetro y alturas de hasta 15 metros. Los tejos crecen entre los 1300 y 1500 metros de altitud, en la zona más alta del bosque, donde se mezclan con las hayas, formando un bosque mixto único.
¿Cómo realizar la ruta? Crédito: Palencia TurismoEn la carretera comarcal C-626, a unos 6 km de Cervera de Pisuerga en dirección Guardo, se localiza el aparcamiento que inicia el itinerario para visitar la Tejeda de Tosande. La senda recorre durante sus kilómetros iniciales el Valle de Tosande. Se llega después a un prado abierto en donde un desvío a izquierda te introducirá rápidamente en un hayedo excepcional.
Pronto verás algún ejemplar aislado de tejo, y después de unos minutos más ascendiendo, llegaremos a la Tejeda de Tosande, donde existen ejemplares de 1,5 m de diámetro y edades cercanas al milenio.
Al final de la ruta se llega a un mirador donde poder tomar un respiro antes de iniciar el descenso de nuevo hacia el valle de Tosande. Éste se puede hacer por un camino alternativo que haga circular la ruta, o bien se puede hacer tomando el camino de ida hacia el valle.
Entre las formaciones arbóreas veremos encina (Quercus ilex), rebollo (Quercus pyrenaica), roble albar (Quercus petraea), haya (Fagus sylvatica) y tejo (Taxus baccata).
Entre los matorrales destacan los brezales de Daboecia cantabrica, no muy abundantes en la Montaña Palentina, el acebo (Ilex aquifolium), el espino albar (Crataegus monogyna), el mostajo (Sorbus aria) y el avellano (Corylus avellana), entre otros.
La variedad de ecosistemas que alberga la ruta propicia la existencia de una fauna diversa y abundante. Abundan el jabalí (Sus scrofa), el ciervo (Cervus elaphus) y el corzo (Capreolus capreolus), que ramonean los brotes tiernos de los tejos, poniendo el peligro la regeneración de la especie.
Esto junto a la competencia del hayedo y el pisoteo excesivo por parte del turismo, han hecho peligrar el futuro de la Tejeda, por lo que hace unos años se colocaron pasarelas de madera y se protegieron algunos ejemplares jóvenes con mallas de acero galvanizado. Entre el resto de la fauna quizás sean las aves el contingente más numeroso y variado.