Latinoamérica

Las claves para mantener el turismo rural comunitario latinoamericano

Varios pobladores y empresarios de las zonas rurales de Latinoamérica coindicen en mantener las costumbres y respetar a la naturaleza como éxito del turismo rural.

Si hablamos del turismo rural en las zonas más nativas de Latinoamérica hablamos de orígenes. Es una realidad que los pobladores mayas que se dedican al turismo comunitario no pueden competir con los volúmenes que manejan las agencias de tours. 

Pero el diferenciador que puede generar mayor volumen de turistas es mantener la experiencia auténtica respetando las costumbres las tradiciones y la naturaleza, así lo declaró Miguel Canché del Santuario Xiimbal Bej localizado en San Siverio. 

Lo importante es poder transmitir el conocimiento de los habitantes a los visitantes para poder generar una experiencia 100% auténtica que provoque en los turistas recuerdos inolvidables.  

Miguel Canché reiteró que el turismo cultural va más allá de las fotos, se debe buscar que los turistas tengan una experiencia en donde conozcan, aprendan y respeten la naturaleza y todo lo que conlleva la cultura maya. 

El beneficio que tienen las comunidades al realizar este tipo de proyectos turísticos es impulsar a los pueblos, educa a sus jóvenes, y buscan preservar las tradiciones a como dé lugar. 

En el pasado Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural celebrado en Alange, Badajoz una de las grandes conclusiones y que todos los países invitados coincidían era precisamente en ofrecer experiencias auténticas para generar recuerdos irrepetibles para poder garantizar así un turismo rural comunitario de éxito en Latinoamérica.  

El turismo comunitario motiva la revalorización de aspectos identitarios y cotidianos que, puestos en común e interpretados para la oferta turística, enriquecen las propuestas y generan nuevos atractivos antes no explorados. 

Para la Organización Mundial de Turismo (OMT, 2013), todo producto turístico está constituido por una combinación de hasta tres factores: Vivencial: festivales, actividades, comunidad, eventos, comidas y entretenimiento, compras, seguridad, servicios, actividades de marketing. Emocional: recursos humanos, culturales e históricos, hospitalidad y Físico: infraestructura, recursos naturales, alojamiento, restaurantes. 

Este turismo comunitario además está en permanente crecimiento, volviéndose cada vez más especializado, y en un proceso constante de profesionalización.