Latinoamérica

La Reserva Natural San Cipriano y sus ‘brujitas’

Esta reserva de San Cipriano se encuentra a unos 20 minutos del Océano Pacífico y a dos horas y media de la ciudad de Cali, principal del occidente colombiano.

La Reserva Natural San Cipriano es un lugar encantador. Para adentrarse en sus caminos naturales, cascadas y pozos hay que subirse en lo que bien puede ser un medio de transporte sacado del realismo mágico de Gabriel García Márquez, las 'brujitas', como les llaman los lugareños. 

Estas brujas no salen de un cuento de hadas. Parecen puro cuento, pero existen y son, de hecho, la única manera de llegar a uno de los secretos mejor guardados del Valle del Cauca. Son un medio de transporte creado en la región que es una fusión de motocicletas a las que los locales les adaptaron tablones y ruedas metálicas para que se muevan a través de una antigua vía férrea. 

Esta reserva de San Cipriano se encuentra a unos 20 minutos del Océano Pacífico y a unas dos horas y media de la ciudad de Cali, principal ciudad del occidente colombiano. San Cipriano es el lugar perfecto para fundirse con la naturaleza. 

La travesía comienza en el corregimiento de San Cipriano, de la mano de cierta desconfianza, y aferrados a las tablas que sostienen. Si bien las 'brujitas' son una clara muestra del ingenio, son medios muy rudimentarios, sin elementos de seguridad y los pasajeros deben sujetarse de la silla o de lo que puedan. Realmente no es algo para alarmarse durante el trayecto: la velocidad es mínima y, hasta la fecha, no se han reportado accidentes de turistas. 

Ya en la reserva natural hay que pagar un bono ecológico, encontrarse con guías turísticos locales, cada cual, con su precio, aunque existe la posibilidad de conocer la reserva sin necesidad de pagar. El pasaje en brujita tiene un valor cercano a los COP 10 mil (2,20 euros), ida y vuelta. 

El paisaje es increíble, la inmersión en el bosque húmedo tropical inicia entre túneles de árboles, puentes abandonados, casas de madera, rodeadas de un verde intenso que logra darles alegría y un matiz único. 

En ese viaje al interior del Pacífico colombiano se llega a Punta Soldado, que después de más de veinte años de estar cerrado al turismo, vuelve a recibir visitantes. El trabajo conjunto entre la comunidad y la Secretaría de Turismo del distrito de Buenaventura, con apoyo de la Dirección General Marítima (Dimar), la Armada Nacional, entre otros, dieron reapertura a las actividades turísticas de este corregimiento.